dimecres, 2 d’abril del 2008

"El arte de hoy es banal como la vida misma que llevamos"

Estamos vegetando al compás del mercado: comemos, dormimos como animales en una granja próspera y bien surtida: comer y dormir, sexo: ¡la granja de Occidente! me perdí en la estética y hoy ando en busca de una ética y una moral: sin ella estamos viviendo en una granja sin sentido.
Reflejan la vida de hoy, y ese es el problema: la vida de la que ese arte es fruto y que llevamos la mayoría es fútil, frívola y superficial como él... ¡Sin ningún espesor existencial!
Intento ser sincero. No hay ninguna emoción en las vidas de la mayoría de los ciudadanos del mundo próspero, y eso se refleja en el arte de hoy: a lo máximo que aspira es a ser divertido. Y lo que teme todo creador hoy es ser aburrido... ¡Qué ambición! ¡Qué gran misión para el artista! Si lucháramos por un pedazo de pan, si quedarnos quietos significara morirnos de frío, entonces nuestra supervivencia estaría cargada de significado, como lo está el arte de esos países donde todavía se muere por un pedazo de pan.
No hace falta retratar el horror ni sufrirlo para dar contenido a tu vida ni al arte que la refleja! Vermeer fue un genio que nunca salió de su apacible pueblo burgués y daba sentido a escenas cotidianas: una lechera, una mujer cosiendo. Si las explicas, parecen anodinas, pero cuando las contemplas... ¡Qué emocionantes! Porque su vida tenía sentido y lo transmitía. La gente hoy vegeta sin sentir ni apreciar el don de la vida, como si todos fuéramos a vivir miles de años: sin dar importancia al hecho de estar vivo. Parece que secretamente se hayan creído que serán eternos: los clonarán y les recambiarán los órganos a medida que los necesiten... ... para poder seguir vegetando en la granja unos años más. Un día más, otro, otro, la jubilación... ¡Y ese sinsentido se refleja en el arte!
¿Cómo temblar de emoción ante el sutil erotismo de una virgen renacentista si hoy con un clic tienes miles de imágenes pornográficas de todas las perversiones imaginables?
La imagen del poder era también el poder de la imagen. Hoy el poder se mira en un espejo vacío: el arte contemporáneo. Grandes edificios vacíos, grandes espacios huecos y, alrededor, oficinas de funcionarios aburridos. Nada que decir. Ahora mire conmigo los cuadros de Music. Mire esos montones de muertos de Dachau: cómo surgen en los paisajes...
Jean Clair, conservador del Pompidou (75-89); director del Museo Picasso de París (89-05)

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